En casa servir bacalao es jugar sobre seguro, así que arriesgué ligeramente el menú del domingo; en vez de servirlo según están acostumbrados me puse a realizarlo con una suave muselina de ajos.
El primer proceso para realizar este plato con éxito empieza con el más fácil y a la vez más espinoso de los temas: la compra de la vianda.
Por mí parte lo realizo siempre en el mercado municipal y por supuesto en la parada de bacalao, no compró nunca el famoso morro, sino que me gusta mucho más el filete al ser éste menos grueso.
Lo siguiente es desalarlo, casi siempre lo realizo con el método más conocido: 48 horas con tres cambios de agua.
Pero esta vez se me olvidó por completo, así que arriesgué y se tuvo que desalar en 24 horas; lavé el bacalao el sábado por la mañana y lo puse en remojo, al mediodía cambié el agua y el último cambio fue por la noche.
El domingo por la mañana lo puse a escurrir unas horas hasta que empecé a cocinarlo.
Ingredientes:
- bacalao
- ajos
- 1 huevo
- nata liquida
- aceite, harina
Realización:
Harinar el bacalao, sacudiendo el sobrante.
Freír en abundante aceite bien caliente.
Reservar.
Realizar una mayonesa con ajos y algo de nata liquida.
En una bandeja especial horno, disponer el bacalao cubierto con la muselina.
Al horno con el gratinador el tiempo suficiente para que coja color.